Represión franquista en Barcial de la Loma
El alcalde republicano elegido era Modesto Rodríguez Porrero, Secretario de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra. Este hombre, que tenía 35 años al ser asesinado, era ante todo solidario. Le llamaban “Caballero Andante” porque se dedicó a buscar recursos económicos para ayudar a los detenidos de 1934, recorriendo para ello muchos pueblos en su caballo.
Al proclamarse la República se produjo en el pueblo un pequeño alboroto durante el que fue quemada una bandera en la plaza, aunque la cosa no fue a mayores. Sin embargo, este hecho fue recordado siempre por la gente de derechas, que lo sacaban en cualquier ocasión.
El día 18 de julio apareció en Barcial un camión con falangistas uniformados y armados, que apoyados por gente del propio pueblo tomaron el mando. Estos falangistas procedían de Villalón y eran bien conocidos, porque el que estaba al mando había sido republicano, interviniendo en mítines por la zona.
El día 23 de julio, la Gestora Municipal fue destituida por la guardia civil del puesto de Palazuelo de Vedija, que nombró una nueva corporación compuesta por hombres afines a la sublevación.
El alcalde legítimo, en vista de las circunstancias, se escondió a la espera de acontecimientos. En la parte superior de su casa, bajo el tejado, había hecho un hueco en donde apenas cabía una persona, y allí se resguardó.
Vicente Vázquez de Prada fue designado alcalde por la guardia civil, como puede verse en el documento adjunto, y desde ese cargo intentó que los republicanos fuesen detenidos y juzgados. Ante esta actitud, los falangistas del pueblo, sedientos de sangre, le engañaron, diciéndole que llevaban a los detenidos a Valladolid; pero enseguida quedó patente que en realidad los estaban matando, lo que provocó enfrentamientos en el nuevo Consistorio y por fin, el apartamiento de Vázquez de Prada de la alcaldía a favor de un falangista menos escrupuloso.
Esto no le libró de la mala voluntad de los falangistas vallisoletanos, quienes acabada la guerra le denunciaron ante el Tribunal de Responsabilidades Políticas. En el expediente, Vicente Vázquez de Prada se exculpa, insistiendo en su adhesión al Movimiento y demostrando que ocultó en su piso de Valladolid los bienes de los jesuitas expulsados en 1932, haciéndoles con esto un gran favor.
Hasta el día 25 no ocurrió nada más, aparte de los conciliábulos entre “las nuevas autoridades”, que andaban elaborando las listas de los ciudadanos que podían oponerse a la sublevación. Ese día apareció un camión cargado con detenidos de otros pueblos de los alrededores, a alguno de los cuales conocían, aunque no se detallan nombres. Grupos de falangistas fueron por las casas y detuvieron, sin ninguna resistencia a cinco personas, a quienes hicieron subir al camión.
Se trataba de:
Pablo Lobato Ramos
Narciso Alcalá Corral, natural de Castroverde, propietario de una tienda
Lucio del Río Maroto, concejal
Bernardo Rodríguez, “El Ciego”, dulzainero, Presidente de la Casa del Pueblo.
Pablo Herreros
En el camión se juntaron 26 personas entre los detenidos y los hombres de otros pueblos. El camión salió de Barcial, y en un momento dado, apareció otro camión vacío. Los falangistas dividieron a la gente de forma aleatoria, 13 en cada camión. Bernardo Rodríguez quedó separado de sus vecinos. Este último camión nunca llegó a Valladolid. Mataron a los detenidos en el camino. Uno de los testigos, Lucio del Río, dijo que dudaba del momento de la muerte de Bernardo; según él, pudo morir en el propio camión, ya que lo habían maltratado bárbaramente.
Los demás llegaron a Cocheras en el otro camión. Estos detenidos estuvieron presos durante años. Uno de los que iban con ellos en el camión era de Santa Eufemia; se murió enseguida, en las propias Cocheras, “de aprensión” (no paraba de llorar, diciendo: “mis hijos, mis hijos”).
CORPORACIÓN MUNICIPAL
Modesto García Porrero, Alcalde (paseado)
Marino Gómez Rodríguez, Concejal (paseado)
Florencio Sinde Ávila, Concejal (paseado)
Lucio del Río Maroto, Concejal (encarcelado)
OTROS CARGOS
Bernardo Rodríguez, Presidente Casa del Pueblo (paseado)
Máximo Fernández Gómez, Secretario Casa del Pueblo (paseado)
Saturnino Fernández Porrero, Sociedad Obrera “La Razón” (paseado)
Saturnino Rodríguez García, Sociedad Obrera “La Razón” (paseado)
Florencio Sinde Ávila, denunciado por el cartero falangista, fue detenido en un pueblo de León donde se había refugiado; lo trasladaron al Ayuntamiento de Barcial, donde fue bárbaramente torturado; llamaron a su mujer, quien lo vio muy mal, inconsciente; creyó que podría tener rotos brazos y piernas; el cura, Eladio Tejedor, la obligó a aceptar una boda religiosa en ese estado.
Tras ese acto, la mandaron a su casa y se llevaron a Florencio en una camioneta. Parece ser que lo condujeron al Molino de las Cuatro Rayas, donde fue rematado y enterrado, aunque es posible que ya estuviese muerto.
Los que fueron a buscarle eran falangistas de otros pueblos, dirigidos por Emigdio del Fraile, de Villalón. Este hombre tenía carrera, y años después se lo encontraron trabajando como Procurador en Medina de Rioseco. Ocurrió que los hijos de los asesinados fueron al Juzgado de Rioseco a realizar los trámites de la desaparición para cobrar las ayudas. Iban tres del pueblo, y estando en las oficinas correspondientes, entró Emigdio del Fraile y se sentó en su puesto de trabajo. Cuando les preguntaron por la desaparición de sus padres, uno de ellos le contestó al funcionario: Este hombre es el mejor testigo que hay, porque fue él quien los mató.
ASESINATO DEL ALCALDE MODESTO GARCÍA PORRERO
Testimonio de H.G.
El alcalde republicano y Secretario de la Federación de Trabajadores de la Tierra Modesto García, se escondió en el doble (bajo el tejado), y allí aguantó hasta el 31 de Agosto. Le contaban lo que estaba pasando, que estaban matando a todo el mundo, y no lo podía creer. Un vecino suyo vio por una ventana la ropa de él, y lo denunció.
A partir de entonces comenzó el acoso; los falangistas del pueblo se presentaban continuamente en la casa, la registraban de arriba abajo y no daban con él. Por fin el día 31 de Agosto se personó en la casa Jesús Vázquez de Prada, sobrino del nuevo alcalde Vicente. Vivía en Castroverde, donde su padre tenía una botica.
Pistola en mano, hizo salir a la esposa de Modesto, que estaba en la casa con sus cuatro hijos, todos ellos niños pequeños. La hicieron subir a un camión, diciendo que la llevaban a declarar a Medina de Rioseco. Al llegar al Teso Almenara, la hicieron bajar, la colocaron a un lado y la hicieron taparse los ojos, diciéndole que la iban a fusilar.
Tras esta escena, la volvieron a subir al camión y la llevaron a su casa. Allí encendieron unas teas, y estando los niños (y el marido) dentro, amenazaron con prender fuego a la casa, y la pobre mujer dijo por fin dónde estaba el marido, que fue detenido y llevado a Rioseco. Esta escena fue presenciada por muchos vecinos.
La mujer fue el día 2 a Rioseco, a la cárcel, a interesarse por su marido. Un guardia, conocido de la familia, le dijo que se pusiese en lo peor, pues lo habían sacado en un camión junto con otros 15 o 20. Todo señala que lo mataron en los Torozos.
La señora volvió llorando al pueblo. A continuación, la familia sufrió robos y violencia: un falangista del pueblo les tiró la puerta y les robó toda la matanza mientras les amenazaba. En días posteriores les robaron todas las provisiones que tenían. Les escupían y les insultaban. Los atacantes eran hombres hechos y derechos, y ellos, una mujer de 36 años y 4 niños de entre 12 y 3 años.
Tuvieron que abandonar su casa e ir a vivir con los abuelos maternos, que les protegieron y les ampararon, con lo que pudieron salir adelante.