Documentos
Los sublevados contra la legalidad republicana el 18 de julio de 1936 generaron un gran volumen documental antes, durante y después del golpe de estado. A pesar de que fueron muy prudentes con lo que dejaban por escrito, los documentos nos permiten comprender el modus operandi que siguieron para derribar a la República.
Los yacimientos documentales más abundantes se encuentran en los archivos: el Militar, en Coruña; el de Chancillería o el Histórico Provincial, en Valladolid; los archivos municipales de cada localidad; los Registros Civiles, los parroquiales… en todos ellos encontramos documentación en diversos estados de catalogación y conservación, pero todos ellos muy interesantes para poder conocer nuestra historia.
Algunos de estos archivos son agradables de visitar y sencillos de consultar; los directores son profesionales, y los funcionarios intentan ayudar y solucionar problemas a los usuarios: es el caso del Archivo de la Real Chancillería o del Archivo Histórico Provincial.
En otros, las dificultades planteadas por los funcionarios son a veces imposibles de solventar, y es necesario entrar en una dinámica de peticiones, solicitudes, argumentaciones, y muchas otras gestiones, que a veces no consiguen ningún resultado.
Este problema es consecuecia directa de la inexistencia de una Ley de Archivos que aclare de una vez por todas los derechos, limitaciones y condiciones de consulta de los fondos documentales en nuestro país, y que es una demanda generalizada entre los estudiosos, los investigadores y los ciudadanos que desean acercarse a este tema.
En esta sección podremos ver certificados diversos, carnets, proclamas y panfletos, declaraciones, expedientes penitenciarios y del Tribunal de Responsabilidades Políticas, informes y denuncias, juicios…
Pero además de este tipo de documentos archivísticos, nos planteamos crear un apartado en que mostrar otro tipo de manifestaciones: son los documentos escritos por las víctimas, los testigos o los familiares, algunos de los cuales consiguieron dejar constancia escrita de lo que estaba ocurriendo. Estos documentos son valiosísimos, y unen a su valor testimonial la dimensión humana, pues nos están relatando la realidad tal y como la vivieron.
Por fin, están los documentos más emotivos y de mayor valor: los manuscritos. Entre ellos existen relatos de las peripecias personales, cartas, solicitudes y, por fin, despedidas finales que las víctimas condenadas a morir enviaban a sus familias.
La presentación de estos documentos se hace desde el máximo respeto y tiene como objetivo el hacer llegar a la mayor cantidad de personas posible las palabras que escribieron un día estos luchadores por la libertad, los verdaderos padres de la democracia., a los que nunca olvidaremos.